Tener un libro de texto puede ser muy beneficioso para aprender una lengua extranjera en un curso, pero no es absolutamente necesario. En nuestros cursos de inglés general y en algunas clases especializadas utilizamos un libro de texto. He aquí por qué:
- Organización: Un libro de texto proporciona un enfoque estructurado del aprendizaje, con lecciones que se basan unas en otras de forma sistemática.
- Calidad: Un libro de texto suele ser de mejor calidad que algo que podamos imprimir nosotros. Las fotos y el diseño general de un libro deben ser atractivos.
- Coherencia: El uso de un libro de texto ayuda a todos los estudiantes a conocer el contenido de cada clase. También sirve como referencia coherente que se puede volver a consultar fuera de clase.
- Ejercicios: Los ejercicios prácticos pueden reforzar el aprendizaje y ofrecen oportunidades de autoevaluación. Incluyen pistas de audio y vídeos que ayudan a comprender cómo se utiliza el inglés en la vida real.
Sin embargo, también hay desventajas. Un libro de texto tiene una estructura rígida y es difícil adaptar el contenido a las necesidades específicas y al ritmo de cada estudiante. Puede resultar imposible encontrar un libro de texto con información actualizada o ejemplos que realmente se ajusten a los requisitos de las clases personalizadas.
Cuando consideramos que las ventajas no son mayores, seleccionamos y diseñamos todo nuestro material de forma independiente. En todos nuestros cursos utilizamos algunos recursos complementarios y evitamos depender demasiado del libro de texto. Intentamos utilizarlo de forma pragmática. Somos plenamente conscientes de que ningún libro de texto puede proporcionar una exposición suficiente a la variedad de usos lingüísticos y materiales auténticos que se encuentran en situaciones de la vida real, por lo que animamos a los alumnos a utilizar también los recursos complementarios.
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